Hypotetiza el siguiente escenario:
Estás liderando una importante implementación de software con un cliente. Durante el proyecto, hay un cambio importante de liderazgo dentro del negocio. Nuevas personas han asumido posiciones de alto nivel y tienen opiniones muy diferentes sobre el proyecto. En la mayoría de los casos, es una posibilidad real que pierdas el trabajo. ¿Y si no lo hicieras? ¿Y si pudieras implementar rápidamente un plan que asegurara que navegaras por posibles obstáculos y mantuvieras al cliente contento? Eso es lo que haría un líder proactivo.
¿Qué es un líder proactivo?
Un líder proactivo es alguien que a menudo anticipa desafíos y puede idear rápidamente un plan para superarlos. Es lo opuesto a un líder reactivo, que es menos expectante de obstáculos y tiene que trabajar rápidamente para "apagar incendios" cuando ocurre un cambio inesperado.
Los líderes empresariales de hoy enfrentan cambios sin precedentes en formas de trabajar. Los eventos geopolíticos afectan a los empleados más que nunca, y con la mayoría de las empresas acelerando cada vez más sus estrategias de digitalización, el liderazgo proactivo nunca ha sido tan crítico.
¿Qué hace a un líder proactivo?
Un líder proactivo escanea constantemente su entorno en busca de signos de riesgo y trabaja en medidas que evitan que ocurran problemas por completo o reducen significativamente su impacto. Como resultado, los proyectos liderados por líderes proactivos suelen cumplir con los plazos, el presupuesto y los estándares de calidad. El liderazgo reactivo es menos ventajoso. Aquellos que no pueden anticipar y planificar el cambio típicamente planifican pasos preventivos que llevan demasiado tiempo y luchan para hacer correcciones y ajustes rápidos.
Creo que cualquiera puede demostrar liderazgo proactivo, no solo aquellos en la alta dirección. En la mayoría de los casos, es una mentalidad más que una habilidad. Pasar de un liderazgo reactivo a proactivo requiere que las personas vuelvan a aprender muchos de sus comportamientos comenzando a pensar de manera proactiva, identificando el potencial de cambio e implementando procesos para mitigar estas instancias.
Los beneficios del liderazgo proactivo son dobles. Para SAP, nos acerca más a nuestros clientes y construye confianza. ¿Por qué? Porque saben en qué punto se encuentra su proyecto y hacia dónde se dirige, y se han considerado y mitigado posibles desafíos. Para el cliente, significa que obtienen un valor añadido; SAP es el socio comercial valioso en lugar de simplemente un proveedor de tecnología.
Por supuesto, ni siquiera el líder más proactivo es inmune a los desafíos: las crisis suceden, son una parte inevitable de la vida. Sin embargo, aquellos con una mentalidad proactiva abordan una crisis con confianza, determinación y un plan, en comparación con aquellos que existen en un estado de reacción y pueden tener dificultades para efectuar cambios.
En un mundo en constante cambio, ¿pueden tus líderes permitirse no ser proactivos?